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Para emprender hace falta tener más que buenas intenciones. La planeación y organización de las finanzas son aspectos esenciales que deben ser tenidos en cuenta para que emprender no se convierta en un dolor de cabeza, sino que sea una oportunidad para identificar y aprovechar los talentos. ¿Por dónde empezar? Aquí compartimos algunos consejos:

Si tienes un plan, tienes una hoja de ruta para tu negocio

Puede ser una idea que llega de golpe y se convierte en el gran propósito de tu vida, o puede tratarse de un sueño que te ha acompañado por años; sin importar cual sea el caso, tu negocio necesita un plan. Este deberá incluir tus objetivos, la estrategia que seguirás para alcanzarlos, los recursos que necesitarás y, por supuesto, cómo medirás el progreso de tu proyecto. 

Recuerda que, aunque el plan será muy importante, también lo será conservar la flexibilidad para adaptarte a los cambios y situaciones imprevistas que puedan surgir. El plan de negocio no es una camisa de fuerza, sino una guía para que no pierdas de vista las metas que quieres alcanzar.

Conocer el mercado te permite avanzar con seguridad

¿Has pensado quién comprará tu producto o servicio, o cuántos negocios como el tuyo existen en tu ciudad? Conocer el mercado en el que entrarás a competir te permitirá identificar oportunidades y definir metas realizables. También será una oportunidad para conocer a tus posibles clientes, entenderlos mejor e identificar sus necesidades.

Recuerda que un análisis de mercado consiste en imaginar tu producto en el mercado y pensar cómo podría desenvolverse en él.

Tu idea puede ser buena, pero necesitas algo que la diferencie

Cuando logras responder la pregunta ¿qué tiene tu producto o servicio que no tengan los demás? estás identificando tu propuesta de valor. Empieza por armar una lista con las cualidades y atributos que ofreces y que pueden hacer que un cliente te prefiera. Luego, asegúrate de probar tus productos o servicios y fortalecer esos valores para que los clientes siempre puedan identificarlos.

Recuerda que tu propuesta de valor no es la descripción de lo que haces ni el eslogan que usarás para vender sino lo que diferencia a tu negocio de los demás; se trata de la solución específica que ofreces a las necesidades de tus clientes. 

¡Se vale pedir ayuda!

No te diremos mentiras; el camino del emprendimiento no es fácil pero está lleno de satisfacciones. Por eso, asegúrate de rodearte de personas que conozcan del tema y busca la asesoría necesaria para cumplir los requisitos legales, tomar decisiones financieras y recibir críticas que te permitan mejorar.

Recuerda que no necesitas tener todas las respuestas, sino conocer a las personas o entidades que puedan darle la información que requieras en el momento oportuno.

En Banco Atlántida somos aliados de los emprendedores hondureños. Si quieres saber más sobre recomendaciones para emprender, no dejes de leernos. Cada mes hablaremos de un paso que llevará tu negocio más cerca al éxito.